sábado, 11 de octubre de 2014

SENDERO DE LA SIERRA DE ALÈDUA (PR-CV 429)

DISTANCIA: 16,3 kilómetros
TIEMPO: 4 horas y 14 minutos

Llegamos sobre las 8:30 a Llombai.Aparcamos y nos dirigimos a la Plaza de la Iglesia, punto de inicio del PR.Desde la parte alta de la plaza, tomamos la calle Valencia hasta el final de la calle.
Cruzamos el cruce y empezaron a aparecer señales y marcas del PR y seguimos por el camino asfaltado que nos llevará al cementerio.Hay que decir que el camino está muy bien señalizado y se nota, además, que de forma reciente.
Continuamos por el camino asfaltado y dejando el cementerio a la izquierda caminamos entre campos y campos de kakis y de naranjos.Poco después cruzamos el río Magro y nada más cruzar se gira a la derecha.
Continuamos por camino asfaltado por el Camino de Alèdua.Llegamos a otro cruce desde el que se tienen unas excelentes vistas de la Torre de Alèdua y en este cruce giramos a la derecha siguiendo el Camino de la Marquesa, sobre el km.2 de la ruta.
Nos desviamos a la izquierda siguiendo la señalización hacia la Senda de l'Estepar.Comenzó a empinarse un poco el camino pero será tras llegar a una señal de prohibición de vehículos a motor cuando se notó de verdad el ascenso, ya que durante un kilómetro más o menos, se ascenderán más de 100 metros.
El principio del ascenso es lo más duro en cuanto a terreno y a desnivel, pero la senda se sigue muy bien ya que está muy pisada.Luego suavizó un poco y tuvimos unas bonitas vistas atrás.Llegados arriba, ya en el km.4 de ruta, nos paramos a hablar con un grupo de ciclistas, Vikingos, que iban a bajar por donde nosotros habíamos subido.En la pista que encontramos giramos a la derecha, en ascenso, para luego descender y salirnos de la pista hacia la izquierda, en frente a un campo de olivos.
Ahora durante algo más de medio kilómetro recorrimos una senda entre bosques mediterráneos, de bella factura.

Al llegar a un pequeño descubierto con un campo de olivos, seguimos por el camino hacia la izquierda.Poco después nos desviamos hacia la derecha en otra señal de prohibición de vehículos a motor, en descenso.Es el inicio del descenso hacia el Barranco de Ferrando, km.5 de ruta,  por el que caminamos durante un largo tiempo, unos 5 kms. en continuo descenso siguiendo el curso de la rambla, en un zigzag continuo con tramos muy pedregosos y continuas subidas y bajadas.

Fué el tramo más complicado dentro de que es una ruta sencilla.A los 10 kms., llegamos a una zona recreativa con bancos de madera, donde giramos en el camino asfaltado hacia la izquierda y volvimos a girar a la izquierda para subir por una pista forestal.Es una subida cómoda de un kilómetro de longitud si se hace de forma continua.
Tras llegar a la señal de prohibición de vehículos, aunque está perfectamente indicado, giramos a la derecha para salirnos de la pista forestal e iniciar un prolongado descenso con unas buenas vistas en alguna curva cerrada.Tras acabar el descenso, continuamos el camino siguiendo las marcas del PR.Sólo reseñar un giro a mano izquierda de 180º al acabar el descenso y otro giro a la izquierda en subida sobre el km. 12.7, ya que si uno se despista tiende a seguir un camino agrícola entre naranjos y melocotoneros.Llegamos a una señal de madera de la zona, y en ese cruce giramos a la izquierda.Siempre hay que seguir la senda marcada, ya que en este tramo es donde es más estrecha y en donde te puedes despistar, pero está bien pisada y marcada en cualquier caso.Tras pasar al lado del Corral Blanc, en breve nos topamos con la Torre de Alèdua, a la que hay que desviarse para visitarla.
Nosotros no lo hicimos y seguimos por una pradera para terminar en un camino asfaltado para llegar en suave descenso al Camino de la Marquesa, desde donde continuamos recto para llegar a Llombai y deshacer el camino inicial hasta el pueblo.Una vez llegados a la Plaza de la Iglesia, tomamos un almuerzo en un bar, con el gusto que da reponer fuerzas tras una buena ruta, muy bonita, nada difícil y a la que volveremos a entrenar un poquito de trail, ya que es muy corrible.

Hasta otra vez que nos calcemos las botas.